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"LAS FASES DEL INDIVIDUO EN SU PRIMER DESARROLLO"

 

Nombre completo del alumno:

CAROL NEOZOTI PATIÑO GONZALEZ

• Matrícula:

149120

• Grupo:

PS41 • Nombre completo de la materia:

DESARROLLO DE LOS PROCESOS PSICOLÓGICOS I

• Nombre completo del docente asesor de la materia:

Mtra. NORMA CORDOVA DE LA CRUZ

• Número y tema de la actividad:

Actividad 2 :LAS FASES DEL INDIVIDUO EN SU PRIMER DESARROLLO.

• Ciudad y fecha. Las Choapas ver. 19/9/22 


Las fases del individuo en su primer desarrollo 

Toda vida inicia con la concepción y a partir de ahí comienza la fase prenatal del desarrollo humano. Ahora bien, al hablar de la fase perinatal estamos refiriéndonos al momento en que el bebé nace, es decir, el parto.


El desarrollo prenatal se refiere a todo lo que acontece desde la fecundación hasta el nacimiento. Antes de que se pudiera observar mediante microscopio cómo el óvulo y el espermatozoide se unen formando una nueva célula, las teorías que intentaban explicar la formación de nuevos seres postulaban, por ejemplo, que el nuevo ser se encontraba ya formado pero en miniatura dentro del espermatozoide o del óvulo. Gracias a la observación realizada hace algo más de cien años por un zoólogo suizo, quien vio por primera vez con un microscopio cómo un espermatozoide entraba en un óvulo, estas creencias pudieron desecharse. Desde entonces, las técnicas desarrolladas han permitido conocer muchas más cosas sobre cómo es la vida prenatal y sobre la influencia que el medio tiene ya en estas primeras etapas de la formación de un nuevo ser. Hoy en día el desarrollo prenatal se considera una fase vital del desarrollo humano en la que el bebé crece respondiendo a una serie de factores internos y externos.

Ovulación y fecundación 



Una vez cada 28 días se produce en las mujeres la ovulación. Esto significa que un óvulo comienza a desplazarse desde las trompas de Falopio hacia el útero. En este período es posible que uno de los millones de espermatozoides que produce un hombre entre en el óvulo al mantener una relación sexual y lo fecunde. En realidad, los espermatozoides disponen de entre 24 y 48 horas para fecundar un óvulo, ya que este es el tiempo que dura el recorrido que realiza el óvulo desde la salida del ovario. Si ningún espermatozoide consigue durante estas horas fecundar al óvulo, éste será expulsado junto con otras sustancias en la siguiente menstruación de la mujer. No obstante, la fecundación no tiene por qué producirse en el momento en que se mantiene la relación sexual puesto que los espermatozoides pueden vivir hasta 5 días en la vagina de la mujer. Durante este tiempo los espermatozoides tienen que superar muchas etapas antes de poder alcanzar al óvulo: tendrán que recorrer una distancia de aproximadamente 30 centímetros a razón de un centímetro por minuto, luchar contra los glóbulos blancos, no quedarse atrapados en las paredes del espacio que atraviesan o en el cuello del útero y elegir el ovario correcto del cual se desprende el óvulo. 

Desarrollo germinal, desarrollo embrionario y desarrollo fetal.


La etapa germinal (fertilización a dos semanas) Durante la etapa germinal, las primeras dos semanas después de la fertilización, el cigoto se divide, se vuelve más complejo y se implanta en la pared del útero (figura 4-1). Dentro de las 36 horas posteriores a la fertilización, el cigoto entra en un periodo de rápida división y duplicación celular o mitosis. Cerca de 72 horas después de la fertilización, se ha dividido en 16 a 32 células; 24 horas después, consta de 64 células. Esta división continúa hasta que la célula única original se ha desarrollado en las 800 mil millones o más células especializadas que conforman el cuerpo humano.

La etapa embrionaria (dos a ocho semanas) Vasos sanguíneos maternos Vasos sanguíneos embrionarios Vellosidades coriónicas Durante la etapa embrionaria, la segunda etapa de la gestación, de aproximadamente dos a ocho semanas de duración, los órganos y principales sistemas del cuerpo —respiratorio, digestivo y nervioso— se desarrollan con rapidez. Éste es un periodo crítico en el que el embrión se encuentra en máxima vulnerabilidad ante las influencias destructivas del ambiente prenatal. Un sistema (o estructura) orgánico que aún se encuentra en desarrollo al momento de exposición tiene altas probabilidades de verse afectado. Existe la posibilidad de que los defectos que sucedan más adelante durante el embarazo sean menos graves. (En el capítulo 6 discutiremos el crecimiento y desarrollo del cerebro, que se inicia durante la etapa embrionaria y continúa después del nacimiento y más allá.) Los embriones con defectos más importantes generalmente no sobreviven más allá del primer trimestre, o periodo de tres meses, del embarazo. Un aborto espontáneo, también llamado malparto, es la expulsión del útero de un embrión o feto que no tiene posibilidades de sobrevivir fuera del útero. Uno de cada cuatro embarazos reconocidos termina en un aborto espontáneo y la cifra real puede ser de uno de cada dos, porque muchos de estos malpartos suceden antes de que la mujer se dé cuenta de que está embarazada. Cerca de tres de cada cuatro abortos espontáneos suceden dentro del primer trimestre (Neville, s.f.). La mayoría de los abortos espontáneos son el resultado de embarazos anormales; cerca de 50 a 70% implican anormalidades cromosómicas. Perder a un bebé nonato puede resultar extremadamente doloroso, como se discute en el apartado 4-1. Los varones tienen mayor probabilidad que las mujeres de ser abortados de manera espontánea, o de ser mortinatos (muertos a la vigésima semana de gestación o después; véase capítulo 5). Así, aunque se concibe a cerca de 125 varones por cada 100 mujeres, sólo nacen cerca de 105 niños por cada 100 niñas. Esta mayor vulnerabilidad de los varones continúa aun después del nacimiento. Un número mayor de ellos muere al inicio de su vida y en cada edad se encuentran más susceptibles a muchos trastornos. Como resultado de lo anterior, hay cerca de 96 varones por cada 100 mujeres en Estados Unidos (Martin, Hamilton et al., 2006; U.S. Department of Health and Human Services, USDHHS, 1996a). 

La etapa fetal (ocho semanas al nacimiento) La aparición de las primeras células óseas alrededor de la octava semana señala la etapa fetal, la etapa final de la gestación. Durante este periodo, el feto crece rápidamente, cerca de 20 veces su longitud original, y los órganos y sistemas corporales se vuelven más complejos. Hasta el momento del nacimiento siguen desarrollándose los “toques finales”, como las uñas de los dedos de manos y pies, y los párpados. Los fetos no son pasajeros pasivos dentro del vientre de su madre. Respiran, patean, se voltean, estiran sus cuerpos, hacen maromas, entrecierran los ojos, tragan, hacen puños, tienen hipo y se chupan los pulgares. Las membranas flexibles de las paredes uterinas y del saco amniótico, que rodean la barrera amortiguadora del líquido amniótico, permiten y estimulan un movimiento limitado. Los fetos también pueden experimentar dolor, pero es poco probable que sea así antes del tercer trimestre (Lee, Ralston, Drey, Partridge y Rosen, 2005).

Durante este trimestre las medidas de tamaño y peso adecuado debe ser de aproximadamente 30.5 cm y 817gr. El feto sigue creciendo rápidamente. En la mitad de este periodo la madre siente sus movimientos. El vernix y el lanugo aparecen para evitar que la piel del feto se agriete con el liquido amniótico. En la semana 24 ya están presentes todas las neuronas que producirá el cerebro. Los ojos son sensibles a la luz y el niño reacciona frente al sonido.

Durante este trimestre las medidas de tamaño y peso adecuado debe ser de aproximadamente 51cm y 3.4kg. En este periodo el feto tiene probabilidades de sobrevivir en caso de nacer. Los pulmones maduran gradualmente. Las capacidades sensoriales y conductuales aumentan con el rápido crecimiento del cerebro. En la mitad de este periodo aparece una capa de grasa debajo de la piel. Los anticuerpos de la madre se transmiten al feto para protegerlo contra las enfermedades. Casi todos los fetos se colocan con la cabeza hacia abajo en preparación para el parto.



REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

  • Edwards RG (1980) Conception in the Human Female. Academic Press, New York.
  • Johnson, M.H., Everitt, B. J. (2007) Essential reproduction – 6th ed. Published by Blackwell Publishing. Library of Congress Cataloging-in-Publication Data.
  • Kozlovsky P, Gefen A. Sperm penetration to the zona pellucida of an oocyte: a computational model incorporating acrosome reaction. Comput Methods Biomech Biomed Engin. 2013 Oct;16(10):1106-11.
  • Veeck L.L., 1999. An Atlas of Human Gametes and Conceptuses. The Parthenon Publishing Group, New York and London.

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